DEL RENACIMIENTO AL SIGLO XVIII
El arte en la edad Moderna: el equilibrio y la armonía perennes
La Edad Moderna, para la periodización histórica coincide en sus orígenes con el desarrollo en las artes de lo que conocemos como renacimiento. Sin embargo con ello se quiere denominar un extenso tiempo que en el desarrollo de la civilización occidental implicó un cambio rotundo en las formas de organización social, política y cultural de los hombres. Desde el siglo XV al XVIII, se organizan las bases sobre las que descansará la Modernidad entendida como forma cultural predominante por excelencia en occidente.
El arte en la edad Moderna: el equilibrio y la armonía perennes
La Edad Moderna, para la periodización histórica coincide en sus orígenes con el desarrollo en las artes de lo que conocemos como renacimiento. Sin embargo con ello se quiere denominar un extenso tiempo que en el desarrollo de la civilización occidental implicó un cambio rotundo en las formas de organización social, política y cultural de los hombres. Desde el siglo XV al XVIII, se organizan las bases sobre las que descansará la Modernidad entendida como forma cultural predominante por excelencia en occidente.
En este apunte sólo trabajaremos a grandes rasgos las características del renacimiento artístico por ser relevante para los continuos períodos artísticos, pues es en la crítica a ese modelo de arte y ese modelo de artista, en la que se basan los cambios propuestos en los siglos sucesivos.
Al finalizar sólo desarrollamos una breve descripción de los periodos artísticos que se continuaron hasta el siglo XVIII.
El Renacimiento
El renacimiento fue un fenómeno fundamentalmente italiano nacido en Florencia en el siglo XV que se difundió por toda Europa un siglo más tarde, favorecido por una serie de importantes cambios en el orden político, social y económico. Este complejo movimiento de ideas políticas, culturales y lingüísticas tuvo su origen en el humanismo, que sentó las bases del pensamiento renacentista al colocar al hombre como centro y medida de todas las cosas y al arte de la antigüedad como el modelo a imitar.
Era ésta una concepción que venía forjándose desde el siglo XIV con el redescubrimiento de la literatura y del arte del mundo antiguo por parte de poetas, filósofos y humanistas.
El renacimiento no fue un movimiento de paganización, sino de renovación cultural, que retomó los principios de la antigüedad clásica formando los valores del hombre, pero sin renunciar a la tradición religiosa y su temática. Hubo en Italia como el norte y este de Francia un primer renacimiento en el siglo XIV que fue el desenvolvimiento lógico del gran estilo gótico. El naturalismo gótico penetró en Italia e hizo revivir el realismo adormecido desde el siglo III, más que crearlo la Antigüedad encauzó el renacimiento, el humanismo se desarrollo a impulsos del individualismo y del racionalismo.
La sustitución del abstracto teocentrismo medieval en el que Dios era el centro y única realidad y las demás cosas sólo un reflejo de esa realidad trascendente, por una afirmación de los valores del mundo en el que el hombre se convirtió en medida de todas las cosas, hizo necesario un lenguaje mas apropiado para expresar esa realidad concreta y tridimensional.
La Italia de comienzos de la edad Moderna se halla dividida en varios estados, mientras que el resto de Europa se están consolidando las nacionalidades. Italia consiguió imponerse en el ámbito artístico debido a su orientación al mundo antiguo. Es en especial por el recuerdo del imperio romano, por la lengua: el latín, de la cultura en general y del poder papal que los italianos recuperan su antiguo esplendor.
Florencia fue la cuna del renacimiento, a la cabeza de aquel movimiento figuran príncipes, rodeados de filósofos y literatos, protectores de pintores, arquitectos y escultores como Alfonso el Magnánimo, Cosme y Lorenzo de Médicis y los pontífices Julio II y León X.
Un nuevo lenguaje que retomó antiguas formas arquitectónicas como el orden clásico en las columnas, el empleo de motivos formales plásticos o pictóricos antiguos, la apropiación de temas de la mitología y de la historia y elementos simbólicos como el arco de triunfo. La actitud antropocéntrica del renacimiento convirtió el cuerpo humano en paradigma de la percepción y la copia exacta de la realidad en el objetivo primordial de las representaciones artísticas, favorecida por el descubrimiento de las leyes de la perspectiva lineal, que permitieron a los artistas representar el espacio en tres dimensiones.
En este período hay un importante cambio en la consideración del artista que pasa de la posición de simple artesano a artista, admirado por ser superior, como un creador. El artista del renacimiento fue el intérprete de una actitud mental nueva. Para él el hombre ya no era tanto el humilde observador de la grandeza divina. La naturaleza no estaba para ser contemplada sino para ser examinada y comprendida. La obra de arte era un estudio de la naturaleza en la cual el artista disponía de un modo lógico cada una de las partes, formando un todo organizado y comprensible.
La racionalización del espacio y la belleza fueron también conquista del renacimiento, que halló su propio lenguaje en la expresión de la medida, las proporciones y el movimiento.
En un principio el nuevo concepto espacial planteaba un ámbito adecuado al hombre, sus necesidades y a las actividades de una nueva sociedad., la ruptura con el sistema constructivo gótico y su sustitución por un lenguaje que buscó la claridad en los motivos, basada en el racionalismo matemático y en la disposición proporcionada y simétrica de las partes, así como un espacio donde prevaleció la horizontalidad y las líneas rectas.
La recuperación del lenguaje clásico aunque interpretado con libertad se tradujo en el empleo de elementos constructivos y decorativos como los órdenes clásicos, el arco de medio punto, el techo plano con casetones, la bóveda de cañón y la cúpula semiesférica.
El iniciador de la arquitectura del quattrocento fue F. Bruneleschi autor de la cúpula de la catedral de Florencia cuya arquitectura se equipara al Panteón romano.
L. B. Alberti , seguidor de Platón, arquitecto y humanista fue una figura clave en la elaboración de la teoría artística con sus tratados de arquitectura, de pintura y de escultura. Propone extraer los modelos de la naturaleza, saberlos elegir, así como darles las mejores proporciones. El idealismo clásico se define así a favor de la naturaleza, por ello el renacimiento es el retorno al modelo viviente sobre la interpretación espiritualista, es le retorno a la forma natural justificada por los ejemplos de los antiguos.
Los progresos de la ciencia y la técnica, el óleo, la perspectiva, la arqueología, el desarrollo de las ciencias naturales sirvieron a este anhelo de verdad hasta fines del siglo XIX.
Respecto a la escultura utilizaron el mármol y el bronce (material propio de la época clásica), prefirieron la escultura de bulto redondo y la recuperación de tipologías como el desnudo, el busto, el sarcófago monumental y la estatua ecuestre. Estos elementos marcan el inicio del nuevo período renacentista.
La principal preocupación fue la expresión de las proporciones y de la anatomía del cuerpo humano estudiada en los desnudos. Esto llevó a la adopción del canon que establecía la perfección del cuerpo medida en nueve o diez cabezas. Algunos maestros que dieron origen a la escultura renacentista: Ghiberti, Donatelo, Verrochio.
En pintura, tras la renovación llevada cabo por los pintores del trecento, (Giotto), la pintura del quattrocento retomó el camino de la observación de lo antiguo unido a la observación de la naturaleza y a un dominio total de la perspectiva.
Dos elementos fueron decisivos en la renovación de la pintura: el uso generalizado de la perspectiva lineal y la reproducción casi exacta de la realidad.
También se desarrollaron los estudios anatómicos y la plasmación del movimiento. Entre la primer generación de pintores se cuentan: Fra Angelico, Masaccio, Piero Della Francesca, Paolo Uccello, Andrea del Castagno y Filippo Lippi.
La siguiente generación la componen: Sandro Boticcelli, Domenico Ghirlandaio, Andrea Mantenga, Perugino, entre otros.
A principios del siglo XVI, la capital artística italiana pasó de Florencia a Roma, convertida en centro político, religioso y cultural.En relación a la arquitectura se aportó un nuevo estilo inspirado en los monumentos romanos, que deshecho el decorativismo en pos de la severidad y el equilibrio de un nuevo arte solemne y monumental, potenció el efecto de conjunto y la sensación de masas y redujo los elementos decorativos. Los principales arquitectos fueron Bramante, Miguel Ángel, Vignola y Palladio.
En la escultura primó el estudio del desnudo pero desde una visión idealizada, tendiente a lo heroico y lo gigantesco. El principal representante es sin duda Miguel Angel, que se concentró en el tratamiento dramático de los personajes y la expresividad de los pliegues de la ropa.
En la pintura se llegó a un momento de preciosismo estético y técnico. Se trató a los personajes y temas con grandiosidad y rigor en las composiciones, se desarrolló más la perspectiva aérea y el claroscuro. Este perÍodo estuvo dominado por Miguel Ángel, Leonardo y Rafael. Desaparecen definitivamente las reminiscencias góticas (gusto por lo lineal, lo anecdótico y el color).
Un ejemplo de la curiosidad intelectual típica de este tiempo, es Leonardo da Vinci. Arquitecto, ingeniero, inventor y pintor, tiene fe en la pintura como ciencia, realiza estudios avanzados sobre la luz y la anatomía. Concentra un saber enciclopédico y realiza escritos y teorías sobre el arte de la época.
Se esfuerza en demostrar que la pintura no es mecánica como se consideraba en la antigüedad sino que es una actividad mental y una ciencia. Entiende a la misma como recreación del mundo visible cualidad casi divina de la imagen del pintor, que equipara su mente con la mente divina.
Entiende al arte como creación, es un artista universal tratando de comprender la esencia intima de lo que pinta. El artista debe recrear la apariencia de las cosas, seleccionarlas, ordenarlas con unos criterios de armonía. Instaura el uso del sfumatto (fundido y modelado del claroscuro) para integrar figuras y fondos, entiende el arte como semejante a la ciencia por naturaleza, incluso trabaja sobre las similitud de la perspectiva con la matemática. Quería conseguir el relieve no por el claroscuro sino por el uso científico de la luz y la sombra.
Si el hombre es la medida de todas las cosas, el hombre perfecto, es la medida de la belleza, sus proporciones se pueden reducir a términos matemáticos como el cuadrado, el círculo y la sección áurea, trabaja con lo que llama anatomía comparada entre el hombre y el animal.
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